Cada vez que cambiamos de año, cerramos una puerta y abrimos otra. Pero las puertas están llenas de agujeros y rendijas por las que nos podemos asomar y ver los recuerdos descansar en la oscuridad, tranquilos. Bienvenido 2011.
1 comentario:
FEste
dijo...
Como las puertas de Alicia. A veces son muy pequeñas y no cabemos, pero hay que empequeñecerse, claro!
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Como las puertas de Alicia. A veces son muy pequeñas y no cabemos, pero hay que empequeñecerse, claro!
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